domingo, 25 de julio de 2010

Creer












¡Qué difícil es creer cuando no ves nada! Cuando el camino es incierto y tus recursos escasean. Cuando sientes que se agotan tus fuerzas y tu mente comienza a plantar preguntas de las que no obtienes respuestas. Cuando a tu lado sientes la derrota y la duda carcome tu esperanza.

¡Qué difícil cuando te dan la espalda los que menos imaginabas! Y sientes un dolor tan fuerte en el pecho que te hace sentir que no podrás continuar, que el corazón va a reventar. Y ves las puertas cerradas y no encuentras ninguna ventana. Piensas, ¿Dónde está Dios? ¿Qué hace que no te ayuda? Y a tu alrededor todo está en silencio, pero en tu interior los pensamientos e ideas no dejan de hablarte.

Pero no es fe creer cuando todo lo ves. Porque la fe desafía al mundo natural, enfrenta a nuestras dudas y reta a nuestros pensamientos. Porque la fe es superior a lo que sentimos, es aquello de lo que estamos convencidos que sucederá. Porque la fe acompaña a aquellos que no son incrédulos y les demuestra que las cosas pueden llegar a ser posibles.

Por eso, sigue creyendo. No dejes de confiar en Dios. Se necesita valentía para enfrentar los temores y las dudas. Para proclamar que algo sucederá aún cuando las posibilidades parecen poco probables. Pero Dios es experto en romper con estadísticas y en hacer las cosas imposibles, posibles.

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