miércoles, 30 de septiembre de 2020

"Como ayudar"


 

Textos en Job


No se a cuantos de ustedes les ha pasado, pero suena el teléfono y al responder escucha el relato de la tragedia de alguien que usted conoce. Y al colgar el teléfono se pregunta: ¿Qué hago ahora? 
Pocos de nosotros somos médicos o consejeros profesionales. Queremos ayudar, pero No queremos ser superficiales, o hacer algo que no edifique.

El líder Cristiano, debe estar dispuesto a tratar con necesidades humanas apremiantes y dolorosas, por que muchas de las personas con las que entramos en contactos están sumamente heridas; sus cargas son muy pesadas, y si no se tiene cuidado y se actúa con sabiduría y prudencia, esas Carcas aplastaran al consejero.

Job sufrió como pocas personas lo hacen. Usted conoce bien la historia. Sus amigos fueron a visitarle, algunas cosas las hicieron bien, en otras fallaron miserablemente. Tomando a los amigos de Job como modelos, vamos a descubrir cuatro respuestas positivas cuando nos llaman para ayudar. Quiero advertirles que detrás de la Consejería pastoral, existe un mundo mi y complicado y diverso que aprender, sobre todo, el conocer y hacer la voluntad de Dios en ese tiempo.

No basta con con conocer la situación que está viviendo el otro, lo primero que debe hacer para ayudar es:


INTERESARNOS. Cuando los amigos de Job supieron de su desgracia fueron a estar con él.  (2:11-13). Quedaron tan abrumados de lo que le estaba sucediendo, que se sentaron anonadados, en silencio durante una semana, ¡vaya que paciencia! 

Pero ellos fueron a verle. Esta primera respuesta fue la de interesarse por ir a ver lo que está sucediendo. Obviamente, detrás de ese interés, existen muchas emociones encontradas.

El consejero espiritual, entiéndase bien el término, como la ayuda pastoral en tiempos de aflicción, debe aprender a ser, por momentos, solo acompañante en momentos de dolor. El acompañamiento es lo primordial en esos momentos. Hay personas que sólo desean eso, que se les acompañe; estar allí sentado al lado del que sufre, escucharle hablar, tomarle de la mano, proveerle de un pañuelo,  puede lograr más que ninguna Palabra. Los cristianos lloramos con los que lloran (Ro 12: 15) porque nuestras lágrimas muestran que el que sufre nos importa. (2:12).

ESCUCHAR. Después de aquella semana de silencio Job en peso hablar. (Job 3). Aunque sus Palabras no fueron sorprendentes, sus amigos quedaron pasmados. Job dijo que deseaba no haber nacido (v.3), que deseaba estar muerto, (vv. 20,21), y culpó a Dios de lo que había sucedido, (v.23). Los amigos oyeron  y reaccionaron a las Palabras de Job, pero habrían actuado mejor si hubieran escuchado más cuidadosamente. Esa es la segunda manera de ayudar: Escuchar cuidadosamente. Una persona que escucha con atención, responde a los sentimientos cuidadosamente. El Señor nos manda a ser oidores eficaces, a prestar atención a las Palabras de Dios, lo mismo debemos hacer nosotros, para dar un digno cuidado pastoral.

ACEPTAR. la tercera respuesta para ayudar a aligerar la carga es aceptar a la persona y sus expresiones de desesperación. En el capítulo 10 Job acusa directamente a Dios de se el causante de su desgracia. Job sentía, como si Dios fuera el causante. Cuando una persona se encuentra en estas situaciones, piensa y dice cosas sorprendentes. Debemos llevar a las personas que por medio de sus propias palabras se acepten o acepten lo que está sucediendo. Por supuesto el consejero también debe de aceptar con la dirección de Dios imparcialmente lo que está sucediendo en la vida de la persona. Y por ultimo:

CONFORTAR. Es confortarles, Job llamo a sus amigos confortadores modestos, (16: 2) a causa de que sólo lograron que se sintiera aún peor. Nuestra labor ministerial como consejeros, es ofrecer fortaleza y esperanza de Dios 


¿Cómo ayudamos a los demás a fortalecerse en medio de la aflicción?

La respuesta a la pregunta es muy difícil de aplicar. Conlleva momentos largos de acompañamiento, silencio, empatía, frustración. Es por eso que el consejero debe ser una persona que Dios ha llamado para esa labor, es un don de Dios para su gloria. El Espíritu de Dios es clave, para poder ser de bendición y edificación a quienes sufren. Él guiará nuestros pasos en su Llenura y temor, de esa manera seremos de consuelo para los que sufren.

¡Qué Dios te bendiga, utilizando tu vida para su gloria
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Pr. Ives Silva.

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