*«Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, [...] arraigados y cimentados en amor»*
(Carta de Pablo a los Efesios 3:17).
_*ORA, LEE Y MEDITA*_
En la carta de Pablo a los Efesios 4:14-24.
Mientras le contaba a mi consejera sobre mi torbellino de emociones después de una semana muy estresante, ella escuchaba atentamente, luego, me invitó a mirar por la ventana los árboles, llenos de hojas con anaranjados y dorados otoñales, y con ramas que ondeaban con el viento, señalando que los troncos no se movían, me explicó: «Te pareces un poco a eso, cuando la vida te sacude en todas direcciones, tus emociones van de un lado a otro, y a veces, vives como si solo tuvieras ramas. Tu meta es ayudarte a encontrar tu propio tronco, de ese modo, aunque la vida te tironee, no estarás viviendo en las ramas, y te mantendrás segura y estable».
Esa imagen me sacudió, es similar a la que Pablo dio a los nuevos creyentes efesios.
Tras recordarles el don increíble de Dios -una vida nueva con propósitos y valores enormes
( _Vuelve a leer para confirma esta verdad_ la carta de Pablo a los Efesios 2:6-10), compartió su anhelo de que se volvieran profundamente _«arraigados y cimentados»_ en el amor de Cristo (3:17), sin ser _«llevados por doquiera de todo viento de doctrina»_ (4:14).
Si dependes de ti mismo, es fácil sentirte inseguro y frágil, golpeado por los temores, pero al desarrollar tu verdadera identidad en Cristo (vv. 22-24), por su poder y belleza (vv. 15, 16), experimentas una profunda paz (v. 3).
¿Cuándo te sientes más golpeado por los desafíos de la vida?
¿Cómo te alienta y fortalece recordar tu identidad en Cristo?
_*ORA*_
Señor, ayúdame a profundizar mis raíces en ti.
Monica La Rose.
_TE DESEO UN MUY BENDECIDO LUNES 1️⃣4️⃣ DE DICIEMBRE_ ♦️💜🇻🇪
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