"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno"
(vv. 23, 24)
ORA, LEE Y MEDITA
Salmo 139:17-24
Todos tenemos asuntos que atesoramos, ya sean trofeos, actividades o experiencias, lo que más valoramos es lo que está más cerca de nuestro corazón.
Proverbio 4:23 te exhorta a vigilar tu corazón porque contiene tus tesoros, y en él hay potencial para el bien o para el mal.
Desde el principio, el corazón está lleno de perversidad
(Confirma esta verdad leyendo el libro de Jeremías 17:9)
Pero cuando es purificado, puedes ver el rostro mismo de Dios
(Confirma esta verdad leyendo en el evangelio según Mateo 5:8)
Pero con tales posibilidades dentro de ti,
¿es de extrañar que se te exhorte a emplear toda diligencia para guardar tu corazón?,
Entonces,
¿Cómo quitas las impurezas y develas los secretos del corazón de los que se habla en el Salmo 44:21?
La respuesta es a través de tu Padre Omnisciente, Él sabe qué es lo que ensucia tu corazón, te dice en
Apocalipsis 2:23:
"Yo soy el que escudriña la mente y el corazón"
Y de nuevo en
Hebreos 4:13:
"Todas las cosas están desnudas y abiertas" a sus ojos.
Tu papel en todo esto es pedirle ayuda al Señor, puede que no sepas qué pecado hay en tu interior, pero Él sí lo sabe.
Como David en el salmo de hoy, también puedes decir:
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón... Y guíame en el camino eterno"
(Salmo 23, 24).
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