BENDECIDO JUEVES 4️⃣ DE FEBRERO, AMADOS HERMANOS, PUEBLO DE DIOS, NOVIA Y PRONTO ESPOSA DEL CORDERO
“Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación”
(Carta de Pablo a los Romanos 5:6 al 11).
El sentimiento de culpa es algo con el cual estamos todos familiarizados, los cristianos llevan esos sentimientos como una chapa honorífica en un esfuerzo equivocado por demostrar humildad, pero este es un trágico error que envenena a la iglesia y les roba el gozo de Cristo a los creyentes.
Necesitas detenerte y hacerte la pregunta:
“¿Qué es la culpa?”
La palabra no es muy frecuente en las traducciones de la Biblia, y cuando aparece, muchas veces es mal aplicada, en el contexto del mundo, la palabra “culpa” significa experimentar sentimientos de remordimiento, depresión o rechazo por algo que ocurrió en el pasado, pero, hablando bíblicamente, la “culpa” se usa solo para indicar responsabilidad, la palabra nunca está asociada con sentimientos de vergüenza o de rechazo, sino que es más bien un término legal, como cuando un tribunal encuentra “culpable” a un acusado.
¿Qué significa esto para el creyente?
Bien, ya debieras saber que has sido encontrado culpable; todos tenemos una enorme deuda de pecado que no podías pagar, pero Jesucristo tomó sobre sí mismo esa culpa en la cruz, y pagó la deuda en su totalidad, y si Cristo ya ha pagado mi deuda y me ha liberado de responsabilidad, ya no soy culpable, he sido juzgado y encontrado perdonado.
La Biblia nunca me dice que esconda el gozo de mi salvación bajo una sofocante frazada de culpa, más bien, soy llamado a regocijarme en la gloriosa salvación que el sacrificio de Cristo hizo posible, por esta razón puedo proclamar con orgullo:
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”
(Confirma esta verdad leyendo el Evangelio según Juan 8:36)
Deja que Él lo haga, y se libre hoy.
-Copiado. ♦️💜
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